Educación CRESE: Tejiendo caminos de paz en el litoral caucano
En febrero de 2025, el Programa Nacional de Educación para la Paz realizó un encuentro con las redes de directivos docentes y orientadoras escolares del litoral caucano, con el propósito de acompañar la construcción de sus planes de acción y definición de metas para este año. Estas jornadas fueron un espacio clave para profundizar en el enfoque CRESE: una visión de educación para la paz que articula las dimensiones ciudadana, socioemocional y de reconciliación, en diálogo con las realidades y voces del territorio.
El enfoque CRESE –Ciudadanía, Reconciliación y Educación Socioemocional para la paz– parte de la comprensión del ser humano en su integridad: reconoce la dimensión cognitiva, emocional, física, social, ética, política, estética y espiritual como componentes fundamentales del desarrollo. Desde esta mirada, la educación no solo forma saberes, sino también vínculos, afectos y sentido de comunidad.
Durante las jornadas, el equipo facilitador propuso herramientas para que las redes de maestras y directivos construyeran sus rutas desde tres grandes grupos de competencias:
Socioemocionales: para identificar y regular emociones, fortalecer relaciones y cuidar la vida en todas sus formas.
Ciudadanas: para promover la dignidad, el respeto a los derechos y la participación activa en la transformación social.
Para la reconciliación: para reconocer los impactos del conflicto armado, cultivar la memoria, la verdad y la justicia restaurativa.
Más que una metodología, CRESE es una apuesta por hablar un lenguaje común, reconociendo la diversidad de trayectorias, territorios y experiencias educativas. En Guapi, este enfoque sirvió como punto de encuentro para fortalecer una visión compartida de educación para la paz, anclada en las realidades del litoral pacífico caucano.
Las reflexiones compartidas durante el encuentro dejaron en evidencia la importancia de seguir consolidando redes territoriales que lideren la transformación educativa, promuevan una cultura de paz y multipliquen prácticas que prioricen el cuidado, el diálogo, la memoria y la vida digna. Así, desde las aulas y las escuelas, se sigue sembrando futuro.