“Ecos de Paz”

Andrea cerró su diario de campo, sonriendo. Tras meses de trabajo en justicia restaurativa, tenía un plan concreto: una propuesta de incidencia escolar sobre justicia transicional que había construido con sus estudiantes del aula focalizada del proyecto Justamente.

“¡Eureka!”, exclamó, sobresaltando a su gato, quien la acompañaba en las largas noches de inspiración y planeación.

Al día siguiente, presentó la propuesta en la reunión de profesores.

“Colegas”, comenzó, “les presento ‘Ecos de Paz’, un proyecto para que nuestros estudiantes no solo del aula focalizada aprendan sobre justicia transicional, sino que la vivan y la sientan”.

La primaria trabajara la propuesta Aulas en Paz, los grados 6,7 y 8 la estrategia Restaurando ando, los estudiantes de 9,10 y 11, la propuesta Justamente, para esta última estrategia los estudiantes tendrán un diario personal, en donde podrán expresar sus percepciones, este instrumento lo hemos creado junto a los estudiantes del aula focalizada.

Después desplego un mapa de Colombia en una mesa. “Primero, ‘Cartografía de la Reconciliación’. Cada curso adoptará una región afectada por el conflicto. Investigarán su historia, pero también sus procesos de paz y reconciliación. Crearán mapas interactivos que se exhibirán en los pasillos, mostrando no solo el dolor del pasado, sino la esperanza del futuro”.

Los profesores escuchaban atentos, intrigados.

“Segundo, ‘Diálogos Intergeneracionales'”, continuó Andrea. “Invitaremos a sus familias, abuelos y padres, víctimas, excombatientes y constructores de paz a compartir sus experiencias. Pero aquí está el giro: nuestros estudiantes no solo escucharán, sino que trabajarán con estos invitados en proyectos comunitarios, aplicando principios de justicia restaurativa”.

El rector asintió con aprobación.

“Tercero, ‘Tribunal de la Verdad y la Reconciliación'”, prosiguió, mostrando un pequeño martillo de juez. “Mensualmente, recrearemos casos reales de la Jurisdicción Especial para la Paz. Los estudiantes asumirán roles de víctimas, perpetradores, jueces y facilitadores de justicia restaurativa. Esto les permitirá comprender la complejidad de la justicia transicional y la importancia del enfoque restaurativo”.

Sus colegas intercambiaron miradas de asombro y aprobación.

“Por último, ‘Semillas de No Repetición'”, concluyó Andrea. Sacó una pequeña bolsa de semillas de su bolsillo. “Cada grado plantará una semilla y junto a ella, enterrarán un papel con un compromiso personal para construir paz. A medida que las plantas crezcan, nos recordarán nuestro papel en prevenir la repetición del conflicto”.

Andrea finalizó: “Estas propuestas son oportunidades para que nuestros estudiantes sean agentes de paz y reconciliación. Estamos sembrando bases para una sociedad más justa”.

El silencio fue roto por un aplauso creciente. El rector, conmovido, declaró: “Andrea, esto es extraordinario. No solo enseñas historia, moldeas el futuro”.

Esa noche, actualizando su diario, Andrea reflexionó sobre el poder transformador de la educación. “Quizás”, pensó, “la verdadera justicia transicional comienza en el aula, con cada joven que aprende a ver el mundo con empatía y restauración”.

Con renovada energía, planeó los detalles de ‘Ecos de Paz’, sabiendo que cada eco de comprensión en su colegio podría convertirse en una onda de cambio para todo el país.

GLORIA ANDREA VERA RINCON
Granada, Meta